jueves, 11 de junio de 2015

 
 
¿Cómo vivir lo "nuestro" cuando nos envuelve una cultura individualista, de intereses egoístas, de triunfalismo inmediatista?.
 
El egoísmo es la fuente de todos los males. El Amor en cambio; es origen de todo bien, clave que une a los opuestos. ¿Cómo salir de la presión de la posesividad, del narcisismo?... Tanto repetimos el PADRE NUESTRO, que olvidamos su Verdadero Sentido.
 
Todos somos hijos amados de Dios. Todos somos, por tanto, HERMANOS. Todos juntos, sin excepción. ¡Es muy fácil rezar!... pero; ¡Cómo es difícil VIVIR, HACER, TESTIMONIAR. ¿Cómo destronar a "su majestad el YO, el ego"?.
 
Hablamos demasiado de: "Mi vida, mi placer, mi casa, mi cama, mi carro, mi cuenta bancaria, mi presente, mi futuro, mis enfermedades, mis preocupaciones, mi punto de vista... mi realidad...".
 
¿Por qué olvidamos lo nuestro?... Nuestro Padre Celestial, nuestra Madre del Cielo... Nuestro Señor Jesucristo... y de ahí se desprende:
 
Nuestra vida, nuestra salud, nuestros hijos, nuestros amigos, nuestros hermanos, nuestros compañeros, nuestra fe, nuestra esperanza, nuestro amor, nuestra felicidad, nuestra comunidad, nuestra iglesia, nuestro país, nuestro planeta, nuestros sufrimientos, nuestra angustia, nuestras esperanzas...
 
Todos son nuestros hermanos... Son nuestro Sacramento. Son nuestra Epifanía de Dios... ¿Quienes?... 
 
El que camina a nuestro lado en la vereda, El que vive en el barrio pobre de enfrente. El que se sienta a nuestro lado en el autobús, en el metro. El que está en el lecho del hospital. El que está en prisión. El que está en la miseria. El que está sumido en la desesperación. El que está sumergido en la depresión.
 
Es necesario RESPETAR al otro en su singularidad y diversidad y preocuparse por sus angustias y esperanzas... por sus derechos...
 
El otro... El excluido y explotado. El olvidado y anónimo. El ofendido y humillado. El ciego y sordo. El grande o pequeño. El empobrecido y pisoteado. El despreciado y marginado. El enfermo de cáncer o sida. También el feliz o infeliz. El indígena o el que se encuentra en alguna secta. El portero o empleado.
 
Pasar a la realidad del otro es un Paso Pascual, sólo es posible con la Gracia de Dios. Importa ir más allá de la frontera del "yo" para ir en busca del "Tú".
 
Todos somos hermanos, por eso; cuando oramos, nos atrevemos a decir: "Padre Nuestro".
 

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